En esta exposición Rodrigo Meneses busca representar dos estados afectivos a través de un par de instalaciones de gran formato. La alegría y el miedo son los temas de estos trabajos. La representación de estados afectivos o emociones es una constante de un arte preocupado por explorar lo autobiográfico y situaciones que caen en el terreno de lo subjetivo. Para un arte de vocación analítica este tipo de exploraciones no tienen pertinencia. No obstante, el trabajo de Meneses elude tal acercamiento a las emociones a través de una investigación rigurosa que lo sitúa en línea con un enfoque analítico. Detrás de estas instalaciones se encuentra un largo proceso de recopilación y clasificación de datos que acerca el trabajo de Meneses a un número significativo de prácticas contemporáneas preocupadas por entablar nuevas relaciones con el público así como en aproximar el papel del artista a la figura del investigador. En este caso, la práctica de Meneses se sitúa cerca a la de un investigador social. Su investigación de carácter casi estadístico no es lo único detrás de estas instalaciones: su solución plástica también ha dependido de un largo proceso de experimentación, en particular en el terreno de la gráfica.
Desde hace más de una década ha existido una constante en la producción artística contemporánea por trabajos que cuenten con un fuerte componente analítico a la manera de investigaciones especializadas. Muchos artistas han optado por el análisis histórico o social con el fin de articular una obra de contenido político. Esto ha hecho que la figura del artista se tienda a relacionar con la del investigador, en ocasiones a la manera de antropólogo, sociólogo o pedagogo. El proyecto de Meneses se encuentra en una situación similar al partir de una investigación a la manera de encuestas y cuestionarios, aplicados a varias decenas de personas con el fin de indagar su percepción de las emociones y, así, de su esfera afectiva. Las encuestas arrojan datos que detonan varias preguntas sobre la frecuencia y coincidencia en la descripción de las emociones así como de la manera en que las personas experimentan ciertos estados emocionales. La investigación de Meneses no se centra en fenómenos de la vida pública sino de corte privado; en una esfera que es difícil de asir, de delinear e inclusive de enunciar y que por lo mismo siempre ha sido tratada con suspicacia. La virtud de la investigación de Meneses es comprometerse con una investigación en este campo. Como se mencionó, los resultados de sus encuestas y entrevistas detonan cuestiones relevantes. Algunas de estas reflexiones pueden escapar del terreno individual, como puede ser la pregunta del por qué ciertas descripciones sobre emociones coinciden, ¿Existen, por ejemplo, fenómenos sociales que determinen esto?
Después de este proceso de investigación, los resultados de las encuestas y entrevistas fueron interpretados por el artista de forma gráfica a través de múltiples soluciones y formatos. Estas obras consisten, en su mayoría, de diagramas del cuerpo humano que fueron intervenidos con el fin de dar visibilidad a las sensaciones corporales, óseas y nerviosas descritas por los encuestados al hablar de sus experiencias de determinadas emociones. Estos patrones de sensaciones, al sobreponerse unos sobre otros, crean formas abstractas que son, en parte, el origen de la solución plástica de estas instalaciones. Meneses ha descrito estas instalaciones como parte de su interés por una gráfica que rebasa su propio soporte y medio y, así, se sitúa -como en esta ocasión- en el terreno de lo escultórico y espacial. El carácter gráfico en estas instalaciones es claramente evidente en el trabajo dedicado a la investigación de la alegría donde destaca la presencia de la línea. En esta instalación, las esculturas suaves de color naranja, amarillo, rosa y rojo que penden del techo y caen al suelo pueden ser vistas como un juego sinuoso de líneas. La línea también aparece en movimiento en esta instalación a través de una animación que gira, de manera constante, un dibujo de apariencia abstracta tomado de los diagramas intervenidos del cuerpo humano. Vale la pena mencionar que estos impresos intervenidos cuentan con una original solución plástica y se complementan con otro tipo de obra en papel realizada por Meneses a la manera de collage. Todo este material gráfico, que cuenta con el cuerpo humano en su centro, ha dado forma a un archivo que, aunque no se exhibe en esta ocasión, es parte esencial de este proyecto de instalaciones.
Cada una de las instalaciones trata de conformar un ambiente que represente las descripciones e información correspondientes a las emociones de alegría y miedo. En el primer caso, la conexión con la gráfica es determinante. Como se ha mencionado, esta instalación presenta un conjunto de esculturas suaves de colores brillantes que forma un trazo de apariencia espontanea en el espacio. La instalación también cuenta con un dibujo en movimiento, una animación que en su constante girar introduce un elemento identificable con el vértigo como parte de una dimensión lúdica. Esta característica queda reforzada con una intervención sonora donde se mezclan risas. Dichos elementos –el juego y la risa- son fácilmente asociados con lo que se podría entender como un estado de alegría. La unión de todas las partes y elementos que componen esta instalación–la presencia de la escultura, el sonido, y el espectáculo visual de la animación- buscan articular una experiencia sensorial compleja. Esta misma característica se encuentra presente en la instalación dedicada a la exploración del miedo. En este ambiente, Meneses ha cubierto las paredes del espacio con un conjunto de esculturas de resina de color negro con una forma que remite a picos o espinas. La forma de las piezas cuenta con un aspecto irregular y, hasta cierto punto, amenazante. La disposición de estos elementos se expande gradualmente hasta inundar el espacio. Las dimensiones de los objetos escultóricos también aumentan de acuerdo a esta expansión en el espacio. En esta instalación, el artista ha cubierto el piso de grava con el fin de dar una sensación táctil particular a este ambiente, sensación que refuerza el carácter hostil e incomodo de todo la intervención en el espacio. El caminar sobre la grava también produce un sonido particular que otorga otra dimensión sensorial a la experiencia de transitar este ambiente.
A través de estas instalaciones de gran formato, Meneses articula ambientes que podrían ser calificados como emocionales al ser representaciones de estados afectivos. Los elementos que utiliza con este fin consiguen crear una situación sensorial compleja; el espectador que las visita se involucra en ellas con la totalidad de su cuerpo. Con esto la representación se sitúa en el campo de la experiencia: El espectador transita por estos espacios y los experimenta a un nivel corporal, tal y como se viven las emociones. No obstante, el proceso de producción de estos trabajos logra que estos ambientes se alejen completamente de una simplificación y del sentimentalismo en su tratamiento de ciertos estados afectivos. Como se mencionó, el artista basa estas representaciones en un estudio que se originó en una serie de encuestas y entrevistas. El par de instalaciones es, por lo tanto, el resultado de todo un proceso que contempla la esfera de la emociones como objeto de una investigación y no como una forma de expresión individual.
Daniel Garza Usabiaga